miércoles, 5 de marzo de 2008

"Lo mejor de mí"

CALIFICACIÓN:

El lunes tuve el placer de asistir a la proyección de Lo mejor de mí, la primera peli de la directora catalana Roser Aguilar que se estrenará este viernes. Viene avalada por el Festival de Locarno, en el que fue galardonada con el Premio Especial del Jurado y el de mejor actriz para su protagonista, Marian Álvarez.

Esta es la sinopsis: “Cuando era pequeña, Raquel no podía entender por qué en todas partes se hablaba de amor: en la radio de casa, en la tele, en las películas del sábado por la tarde y, sobre todo, en las canciones. Y pensaba qué pasaría si no encontraba a nadie que la quisiera. Ahora Raquel se va a vivir con Tomás. Deberá plantearse qué está dispuesta a hacer por amor y descubrirá lo bonito y difícil de querer a alguien de verdad”. Y este es el tráiler.

En varias entrevistas, Roser Aguilar ha declarado que pretendía contar una historia de amor sencilla, pero también reflejar qué es lo que pasa cuando los proyectos, lo que alguien tenía planificado para su vida, no sale exactamente como esa persona esperaba. Lo expresa así: "Lo mejor de mí es una película sobre la pérdida de la inocencia. Trata del paso que hay entre la fantasía y la realidad. Del amor, de los silencios y el dolor. De la duda. De tener ilusión durante mucho tiempo por encontrar algo y luego descubrir que no es lo que tú esperabas. Y de que siempre hay mucho más".

Eso es precisamente lo que le pasa a la protagonista de Lo mejor de mí. Una carrera, suponemos, acabada hace bien poco: periodismo. Pero se encuentra con las barreras del mundo laboral que a tantos acosa. Le dan curro de lo suyo en la radio. Perfecto… Pero en turno de noche. Vivir al revés del mundo.

En el terreno sentimental, parece que todo marcha a las mil maravillas con su novio. El chico perfecto con el que se muda al piso perfecto. Pero nosotros, los espectadores, sabemos que no es así: él es infiel. Y como dice Drexler en una de sus canciones, “la vida es más compleja de lo que parece”, y poco después de trasladarse a la nueva casa, el chico enferma. Y he aquí el detonante de esta “sencilla” historia.

Efectivamente, se trata de una historia sencilla. Acompaña un guión correcto, efectivo para las pretensiones de la directora. Pero por sencilla que sea la historia, lo cierto es que llega, te atrapa. Los personajes está bien construidos y definidos, especialmente el de la prota y el padre del chico. La única pega está en el protagonista masculino, interpretado por Juan Sanz, que no acaba de convencer.

Es también una peli sencilla formalmente, pero Roser Aguilar nos regala unos cuantos planos preciosos, perfectamente compuestos. Mención especial merecen los algunos de los generales, aquellos en los que los personajes no saben muy bien dónde colocarse, quizá una analogía con lo que está ocurriendo en sus vidas.

Lo mejor de mí me recordó, en ciertos aspectos, a esa gran película llamada En la ciudad, de Cesc Gay. En el tipo de montaje (que por cierto estuvo a cargo del montador de El laberinto del fauno), con algunas secuencias muy muy cortas, y en el tratamiento de las subtrmas, de las que se ofrecen sólo los datos justos y necesarios. Aguilar no se ha enredado en lo que no tenía mayor importancia, parece que lo tenía claro.

Existe el tópico de que los directores noveles suelen intentar meter en su primera película demasiados temas, excesivas tramas. Desde luego, no es el caso. Es una peli sencilla, sí, pero muy digna. De hecho, no parece un debut. Parece que esta ornada de directores procedentes de la ESCAC, la escuela de cine de Barcelona, nos va a dar muchas alegrías.

En resumen, una ópera prima más que interesante. Su ritmo lento, tanto como el tiempo que parece congelarse en las salas de espera de los hospitales, la convierten en una elección muy acertada para un domingo por la tarde. No hay que perdérsela.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya sabía yo que el que la iba a cagar era Juan Sanz.

Anónimo dijo...

Yo siempre más... :)