viernes, 29 de febrero de 2008

Basado en hechos reales

La pelota vasca levantó ampollas. En la puerta de la gala de los Goya en la que era candidata como mejor documental, se agolparon unos cuantos simpatizantes y miembros de ANV repartiendo pegatinas en contra de Medem, al que llamaban, sin ningún tipo de escrúpulo, terrorista. Pero no sólo a él, también se lo llamaron a todos aquellos que se negaron a ponerse en contra del director vasco y decorar sus trajes y vestidos con las dichosas pegatinas. Estaba reciente la histórica ceremonia del “no a la guerra”, y la asociación pretendía que ese año los premiados reivindicasen el no al ETA al recoger sus premios y en su paseo por la alfombra (verde). Pero lo hicieron de una manera poco educada y sin respetar el derecho a la forma de expresión de cada uno.

Parece ser que tras el polémico documental, Medem pretendía hacer una ficción también sobre el tema del terrorismo, concretamente sobre el terrorismo de ETA, un tema que le toca muy de cerca teniendo en cuenta su lugar de origen. Sin embargo, tras ser enviado a la hoguera en esa gala de los Goya, pasó cuatro años de improductividad hasta que reapareció en los cines, hace bien poco, con Caótica Ana. En este filme, se atrevió de nuevo a entrar en política con (mucha) más pena que gloria, pero esta vez con la norteamericana, la de Bush. Tras la quema pública, no se atrevió con el tema vasco. Seguramente, una pena.

Hoy leo en “El País”: “Jaime Rosales, en el bosque de ETA. El director de La soledad lleva al cine el último atentado de la banda en Capbreton”. No puedo evitar leer el artículo completo. Desde esa otra gala de los Goya en la que se consideró que su película era la mejor del 2007, no puedo evitar leer todo lo publicado relacionado con Rosales. Me pasa igual que a mi padre cuando pone la COPE por las mañanas. Se llama morbo.

Jaime Rosales se ha convertido en alguien intocable en tiempo récord, en uno de los respetados. Y por eso puede hacer una peli sobre ETA sin que se le cuestione. O por lo menos, eso es lo que parece. Y eso, en parte, puede ser porque Rosales está empeñado en “contar” (por decirlo de alguna manera) historias terribles sin mojarse, desde lejos. No pasa nada, es una opción tan respetable como otra cualquiera, una forma de representar tan válida como la elegida por otros cineastas de lo social como Loach. Lo que me molesta de Rosales es otra cosa.

Sigo leyendo: “En Un tiro en la cabeza todo está rodado con teleobjetivos, de lejos, y no se escuchan los diálogos”. Ah genial, parece que nos vamos a enterar de todo. Pero los críticos se empeñan en alabar a este hombre haga lo que haga. El autor del artículo dice lo siguiente: “Esta apuesta por una película en la que los personajes charlan, pero en la que el espectador no oye lo que dicen -una opción tan arriesgada como la polivisión que desarrolló en La soledad-, refleja la manera de pensar de Jaime Rosales”. Claro, una apuesta arriesgada por no decir una mamarrachada. Tan mamarrachada como llamar polivisón a la pantalla partida como si de un recurso inventado por Rosales se tratase. El director justifica su incursión en el cine mudo diciendo: “Que no haya sonido te permite radiografiar la psicología. Nunca se ha filmado así: Un tiro en la cabeza va a ser importante". Él es un visionario.

Sigo con el artículo y parece que a Rosales le ha convencido la fórmula de La soledad. Sí, es muy arriesgado utilizar el mismo recurso formal que ya vimos en la peli con la que te han premiado hasta la saciedad. El prota es uno de los etarras, del que presenciaremos (porque yo esto no me lo pierdo, es lo que tiene el morbo) su día a día, de nuevo la cotidianidad obsesiva del director: "Este etarra va a la oficina, se encuentra en el parque con su hermana y su sobrino, que en una fiesta liga con una chica... Una cosa muy cotidiana, en la que un día monta en un coche con dos tipos más con los que va a una cafetería y allí desayuna, y de repente (a lo largo de los últimos 20 minutos del metraje) se cruza con los dos policías”. Que conste que como digo una cosa, digo la otra, y lo cierto es que (algo positivo tendré que decir) me parece acertado el hecho de que no se presente al terrorista como un ser sanguinario y sin miramientos, como El Malo.

Medem pretendió ser lo más objetivo posible recogiendo declaraciones de uno y otro bando (tanto de víctimas, aunque un buen número de ellas se negaron a aparecer en La pelota vasca, como de mujeres de presos etarras y demás), pero fue castigado. Veremos qué pasa con la objetividad de la que hace alarde Rosales.

miércoles, 27 de febrero de 2008

Historias mínimas

La campaña electoral que atravesamos estas semanas se está caracterizando sobre todo por los intentos de originalidad de unos y otros para captar votantes. Desde el Second Life creado por IU (con película y quema de fotos del Rey de por medio) hasta el “Hola Pepito, soy Mariano Rajoy. ¿Dónde te has metido?, vamos a empezar la reunión” (y etcétera, etcétera), cada nueva propuesta ha sido más sorprendente (o bochornosa, que es otra forma de llamarlo) que la anterior.

Los vídeos electorales no son nada nuevo, pero también en esta tradición han intentado, unos más que otros (porque el que es rancio, es rancio), innovar. Mención especial merecen los vídeos del PSOE. Y, ¿por qué?. Pues porque llevan la firma de La Más Grande.

No. No es que la Jurado se haya levantado de su tumba para dedicarse ahora a hacer vídeos del PSOE como si hubiese tenida una revelación. La Más Grande según yo, no es otra que Isabel Coixet. La dire ha preferido pasar de los clásicos testimonios de varias personas encantadas de conocerse y de votar a quien votan y de otras técnicas similares para centrarse en tres historias relacionadas con las elecciones, claro.

Hay tres vídeo de este tipo. El primero (y el peor) es de una chica que vota por primera vez y el segundo es de un viejo muy majo que se prepara y se viste concienzudamente (con corbata y todo) para acudir a las urnas. Pero mi preferido es el tercero. El que cuenta la historia de un tipo que va a buscar a su madre al pueblo para llevarla a votar. Una voz en off relata: “Son 300 kilómetros por un voto, para que ella vote. Y eso que sé que va a votar al PP...”. Grande.


Conclusión: que ya era hora de que se empezaran a cuidar un poquito más estos vídeos con los que nos castigan cada cuatro años, tanto la forma como el fondo. Y qué mejor manera de hacerlo que contándonos algunas pequeñas historias.

lunes, 25 de febrero de 2008

Salvemos mi fin de semana

Yo misma voté para que “La casa azul” fuera a Eurovisión con este temazo.

Pero hoy he recibido una terrible noticia. Por lo visto, el día 8 de marzo es la gala en la que se decidirá el representante español. Los participantes en dicho evento serán los cinco más votados a través de MySpace y otros cinco seleccionados por un grupo de expertos. Hasta aquí todo lógico, teniendo en cuenta que la lista la encabezan los más freaks de todos los que se han presentado, que no son pocos. Pero... el lunes pasado compré mi entrada para un concierto de “La casa azul” que será el día 8... ¡Horror!.

Por favor, votad por quien queráis, Rodolfo Chikilicuatre, ese temazo llamado La bicicletera (que por cierto va en cabeza), “Las Monrroy” si hace falta... Pero no a “La casa azul”. ¡Nooooooooo!.

Si es que ya lo decía yo, L-Kan sería unos representantes mucho más dignos, y además no les afectaría el síndrome Eurovisión. Así que, ahora más que nuca, ¡L-Kan a Eurovisión!.

14 versos dicen que es soneto...

Estoy inmersa en las elecciones.

"Gracias" a mi trabajo, últimamente me trago todos (o casi) los mítines de ese partido político tan elocuente cuyo nombre empieza por P y termina por P. En una de estas experiencias sin parangón, la semana pasada me encontré con una inspiradísima Esperanza Aguirre (inspiradísima en sus búsquedas de internet, que fue su fuente en esta ocasión) recitando unos versos. Qué mejor manera de celebrar el reciente inicio de la campaña que recordando el texto de la Presi. Los versos decían lo siguiente:

"Nos conviene la tensión,
que si la gente se duerme,
igual me toca volverme
con la maleta a León .
Hay que azuzar a la peña,
no la figura risueña de Zetapé, el Presidente,
de eso se encarga otra gente.
No escatiméis atropellos,
pero jamás con descaro,
eso que quede muy claro.
Los crispadores son ellos.
Tensión, muchachos, tensión.
Si la gente se amodorra,
el menda se va a la porra
y el PSOE a la oposición".

Esperanza continúa después con su desparpajo habitual (nótese la ironía, por favor). Le toca el turno a un Ministro, Fernández Bermejo (de Justicia), criticado por reformar el piso que ocupa gracias a su cargo:

"Se llama el verso Bermejo exige lujo, y dice:
Me ofende esta modestia de Cartujo.
Y dice otra voz: nos ha salido pijo
el hijo rojo de de aquel camisa vieja.
Y dice: ¿No sirve al de la ceja?,
pues nada que lo alojen a su antojo.
Y termina: la casa está quedando muy bonita,
a ver después del 9 de marzo quién la habita".

Sobran los comentarios. El texto habla por sí mismo.

VISTO: trabajando (y para qué decir lo contrario: cosas como ésta me alegran la jornada).

Los comienzos

¡¡¡Bienvenidos a "Las cosas que yo vi" en su versión blog!!!